Pastor con vasija
Pieza quiteña anónima
Madera tallada y policromada
25,5 x 15 x 9 cm
Siglo XVIII
La colección del Museo Colonial conserva entre sus acervos gran número de tallas de pequeño formato pertenecientes a pesebres coloniales americanos. Estos conjuntos se esculpían siguiendo la tradición navideña de representar el nacimiento de Jesús. Se estima que quien realizó por primera vez un pesebre fue el santo italiano Francisco de Asís (1181/1182-1226), quien para conmemorar el Nacimiento reunió a algunos pastores y animales en una pesebrera italiana durante la Navidad de 1222. Aunque se desconoce si esta representación fue mítica o real, lo cierto es que dio origen a una tradición que aún perdura.
Se sabe que, durante el siglo XV, la costumbre de hacer pesebres se expandió a lo largo del territorio que hoy conocemos como Italia; de hecho, los artesanos napolitanos desarrollaron una experticia en la talla de figuras de pesebre. Para aquel entonces, la representación había sobrepasado la escena de la Natividad, para convertirse en toda una teatralización en la que coexistían figuras de diversa índole y procedencia. Junto a la escena del Nacimiento, pastores, labradores, niños, mujeres, animales y otros personajes comenzaron a hacer parte de los pesebres.
Esta tradición fue adoptada en la península ibérica, luego de que la Corona española ocupara el reino de Nápoles en el siglo XV. Con la llegada de los europeos al territorio americano a fines de ese siglo, y el proceso de evangelización que se llevó a cabo, los pesebres adquirieron gran importancia, sobre todo hacia el siglo XVIII, pues se consolidaron como parte de una tradición popular. En esta época, además, se dio un auge en la elaboración de esas piezas, la mayoría realizadas en Quito, centro reconocido por su amplia producción escultórica.
El pesebre del Museo Colonial cuenta con un amplio grupo de figuras que representan a pastores. La mayoría de ellos cargan en sus brazos animales u objetos que dan cuenta del tipo de elementos que circulaban entre los actores de la sociedad americana. Pastor con vasija hace parte de este grupo. La talla representa a un hombre que sostiene una vasija roja provista de acanaladuras verticales a lo largo de su cuerpo y detalles dorados en su base y borde superior.
Las vasijas cerámicas fueron muy importantes en el periodo colonial, pues se usaban entre diversos sectores de la población. Pese a que muchos de estos bienes fueron importados desde Europa y Asia como bienes de lujo, por su alta fragilidad en el transporte y escasez en el territorio americano, hubo también una importante producción local que buscaba suplir las necesidades de la población que no podía pagar los altos costos de los bienes suntuarios. La alfarería, saber asociado a la elaboración de objetos en barro cocido, fue entonces un oficio ancestral fundamental para las comunidades indígenas que habitaron en el territorio que más adelante se conocería como Nueva Granada. Su práctica continuó durante la Colonia, periodo en el que se implementaron técnicas traídas de Europa, como el vidriado con plomo. Hoy, esas herencias están aún presentes en diversas comunidades artesanas del país.