Pieza del mes de septiembre - Museo Santa Clara
San Guillermo de Aquitania
Taller de los Figueroa (atribuido)
Siglo XVII
Óleo sobre tela
178 x 105 cm
La imagen de san Guillermo de Aquitania, tal y como aparece en el cuadro que se encuentra en el Museo Santa Clara, es el resultado de una confusión entre tres Guillermos que vivieron en Aquitania con casi 400 años de diferencia: san Guillermo de Gellone, Conde de Tolosa y primo de Carlomagno, militar y fundador del monasterio de Gellone, quién murió en el año 812; san Guillermo de Maleval, monje peregrino que murió en 1157 y cuyos discípulos fundaron luego de su muerte los llamados Eremitas de San Guillermo; y Guillermo X, duque de Aquitania, padre de Leonor de Aquitania, compañero de Bernardo de Claraval y también peregrino, quién murió en 1137.
De ahí surge la leyenda de san Guillermo como un militar de alto rango, duque de Aquitania, quién renunció a su vida de noble y guerrero para tomar los votos según la Regla de San Benito.
En el cuadro aparece vestido con el hábito benedictino, una armadura hasta la mitad del pecho, un yelmo y unas cadenas. Como parte de su vida monástica, decidió llevar una cota de malla y una armadura ceñida al cuerpo con unos herrajes el resto de su vida. La corona ducal sobre el suelo, la lanza tras él y el escudo en la esquina izquierda representan su renuncia a la vida militar y a sus títulos de nobleza para tomar los hábitos. En el paisaje de fondo aparecen unas escenas de la vida monástica de san Guillermo: en el lado izquierdo, aparece san Guillermo luego de ser atacado por demonios cuando recibió la visita de tres vírgenes, entre ellas la Virgen María, quienes lo sanaron con bálsamo. En el lado derecho, san Guillermo sale de una cueva con una cruz, momento en el que toma los votos.
Su nombre en alemán (Willehalm) significa “el que lleva el yelmo”, siendo este su elemento iconográfico más importante. La imagen del santo, considerado como el patrono de los armeros y los encarcelados, es la única que existe en Bogotá, lo cual sugiere que su hechura respondió a algún culto particular o al interés de una cofradía que encargó el cuadro para la iglesia de Santa Clara de Bogotá.