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Santa Clara de Asís
Anónimo
Madera tallada y policromada
175,5 x 55 x 66 cm
Siglo XVII
 
Esta escultura representa a santa Clara de Asís, mujer italiana de finales del siglo XII quien, inspirada en la vida de su compatriota san Francisco, fundó la rama femenina de los franciscanos: la orden de las clarisas, cuya vida está regida por estrictos votos de pobreza, obediencia y castidad. La imagen, tallada a partir de un solo bloque de madera, da muestra de técnicas como el encarnado (imitación de piel) y el estofado (imitación de telas). En ella pueden apreciarse dos de los elementos iconográficos que caracterizan a la santa: la corona y el báculo, símbolos de su origen noble y de su rol de abadesa, respectivamente.
 
A partir de su fundación en el siglo XIII, la Orden de Santa Clara se extendió por Europa. Más adelante llegó a la Nueva Granada, en medio del proceso de evangelización del Nuevo Mundo. Como resultado del establecimiento de las clarisas en territorio neogranadino, en 1628, y dentro de un contexto de consolidación de un nuevo orden social y urbano determinado por la lógica colonial, el arzobispo Hernando Arias de Ugarte fundó el Real Convento de Nuestra Señora de Santa Clara para albergar a las doncellas nobles y virtuosas de Santafé.
 
Los conventos femeninos coloniales fueron lugares de clausura, pero no por esto estuvieron apartados de las ciudades. Contrario a lo que se puede pensar, su influencia trascendió los muros del encierro y se vio plasmada en varios aspectos de la vida urbana. Por ejemplo, el Convento de Santa Clara tuvo gran importancia en la vida religiosa de la Santafé colonial, pues se consideraba que este claustro era un lugar en el que las monjas expiaban las culpas de toda la sociedad. De igual manera, el convento fue un núcleo monetario de la ciudad, ya que allí se administraron dotes, se recibieron bienes por donaciones, testamentos y limosnas e incluso se realizaron préstamos de dinero.