En la serie Numina, Juan Alonso conjuga sus intereses conceptuales con una fotografía de carácter performativo. ¿Qué quiere decir esto? 

En Numina Alonso se interesa por la identidad latinoamericana, que expresa en sus obras al interrelacionar el sincretismo cultural con lo religioso y con su propia imagen. En sus fotografías, se combinan rasgos característicos de la imaginería devocional, de personajes históricos o de personajes populares, fundiendo así lo “surreal” con lo profano. Alonso involucró su propio cuerpo en la re-creación de estos personajes. Para ello aplicó la técnica de la fotoescultura: valiéndose de cámaras digitales, hizo múltiples capturas de sí mismo personificando diversidad de personajes. Estas fotografías sirvieron de base a la creación de las piezas tridimensionales que vemos en esta exposición. 

Estas esculturas, impresas en 3D, aluden a las figuras devocionales en cerámica, resina o yeso que vemos en las vitrinas de las tiendas de artículos religiosos o en los mercados populares, espacios en los que no solo se exhiben ante la mirada transeúnte, sino que se ofrecen a nuevas formas de culto. Es justamente esta la intención que se propone el artista al vincular esta vez sus obras a un espacio otrora sagrado, el del Museo Santa Clara, un lugar en el que se mezclan lo sagrado y lo profano. 

El entorno de la exiglesia, que aunque desacralizado aún conserva su aura devocional, no solo contribuye a enfatizar el carácter sincrético de las obras y su procedencia, sino que también remarca su naturaleza ficcional. Ejemplo de ello es Mi librito de oraciones, que consigna rezos y novenas a los santos, atributos o peticiones, avemarías y otros rezos católicos. Por su parte, el Cacique Guaicaipuro, Maximón o el Ekeko son muestra y ejemplo del sincretismo del periodo colonial, durante el que se fundieron las creencias y tradiciones de la religión católica con las indígenas y paganas. 

Al valerse de su propia imagen para personificar próceres o santos —declarados como tales por la cultura popular—, el artista nos muestra versiones intuidas y ficcionadas de sí mismo. A través de ellas expresa “una” identidad que en términos de nuestra contemporaneidad es cambiante, dinámica, maleable y que responde, ya no a un sentido unívoco de lo que se consideró debía ser una nación, sino al carácter diverso y a la riqueza cultural de un pueblo.