Atril
Pieza anónima
Madera enchapada con tamo de trigo
28 x 33 x 23,5 cm
Siglo XVIII
Usados durante la lectura como soporte para libros, textos sacros o partituras, los atriles pueden encontrarse tanto en espacios eclesiásticos como civiles. Son las peculiaridades ornamentales e iconográficas presentes en ellos los que nos permiten identificar el contexto de uso de este tipo de piezas.
El diseño decorativo de este Atril del Museo Colonial, uno de los pocos de la colección, nos permite clasificarlo como un objeto religioso: sobre su parte frontal superior se observa el anagrama de Jesús, compuesto por las letras IHS, junto con flores, dos aves a los costados y una cruz, símbolos que aluden a la crucifixión del Nazareno; en la cara frontal inferior, acompañado de flores y aves, se observa un corazón con una cruz en la parte superior, símbolo del corazón de Cristo y el amor que, según el credo cristiano, Dios tiene por la humanidad.
En el ámbito religioso, los atriles se utilizan en el altar para apoyar el misal durante la liturgia; funcionan a modo de soporte del libro que contiene las oraciones y plegarias que se entonan en la celebración de la Santa Misa, así como en otros ritos y celebraciones. Durante la Edad Media, el misal se ponía sobre un cojín o almohada, lo que le daba un poco de inclinación al libro y permitía una lectura más cómoda. Sin embargo, al ser un elemento que, gracias a su material (madera o plata), brindaba un soporte más estable, los atriles comenzaron a emplearse desde el siglo XV y su uso se volvió una práctica frecuente.
Destaca de esta pieza su enchape en tamo o tallo de trigo, técnica ornamental que aún practican los artesanos en Nariño, al sur de Colombia, para revestir objetos en madera y, en menor medida, otros materiales. En el caso de este atril, se aplicaron los tallos por incrustación o taracea, técnica ampliamente difundida en Europa y América a partir del siglo XV, que consiste en hacer incisiones en la superficie de la madera para ubicar el tallo allí. De este modo, se aprovechan los colores naturales de ambos materiales y sus contrastes, y se aprecian más claramente las figuras representadas sobre la superficie.