Santa Teresa de Jesús
Pieza anónima
Madera tallada y tela encolada policromadas
158 x 86 x 50 cm
Siglo XVIII
Teresa de Jesús (1515-1582) fue una santa española reformadora de la Orden Carmelita, a la que se unió desde su juventud pese a la oposición de su padre. Fundadora de numerosos conventos reformados a lo largo de la península ibérica, la santa experimentó durante su vida varios arrebatos místicos. En 1970, el papa Pablo VI la nombró como la primera doctora de la Iglesia, ratificando así la importancia espiritual que ella y su doctrina han tenido hasta la actualidad.
Gracias a sus numerosos escritos morales, santa Teresa fue un importante modelo a seguir para las mujeres que ingresaron al antiguo Convento de Santa Clara en Santafé. Muchas intentaron imitar su vida y esperaron tener experiencias místicas como las de la santa.
Por ello, en la antigua iglesia de Santa Clara, hoy Museo, encontramos cuatro obras en las que se muestra a la carmelita. Santa Teresa de Jesús, ubicada en el altar mayor, es la única de estas cuatro obras en formato de escultura. Ingresó al antiguo templo clariano a mediados del siglo XVIII, momento en que se decidió transformar los muros de la iglesia cubriendo la pintura mural con un enchape de madera e incorporando nuevas esculturas a los retablos ya existentes.
En esta escultura de gran formato, se muestra a la santa vestida con un hábito marrón y una capa blanca, propia de la orden carmelitana. Otros atributos con los que usualmente se representa a Teresa de Jesús son un libro y una pluma, elementos alusivos a sus escritos. En este caso, y teniendo en cuenta la posición de las manos de la santa, es posible pensar que en algún momento sostuvo el libro con su mano derecha y la pluma con la izquierda; con el paso del tiempo y los movimientos que esta escultura debió tener, estos elementos posiblemente se perdieron.
Una de las particularidades de esta pieza es su técnica de elaboración: la tela encolada. El cuerpo de esta escultura se configuró a partir de un armazón sobre el que se dispusieron diferentes trozos de tela cortados a la medida. Estos, a su vez, se modelaron a partir de una espesa capa de cola. De manera posterior, y para afinar los acabados de la pieza, la escultura se recubrió con hojilla de oro y policromía tras un previo proceso de preparación del material, que garantiza la adherencia y durabilidad de sus recubrimientos.