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Abanico 
Obra anónima 
Dibujo iluminado sobre papel y estructura de marfil 
34 x 59 x 4,5 cm 
Siglo XVIII 

 

La ropa y los accesorios que complementan nuestro atuendo expresan nuestra identidad, gustos e intereses. También en la Colonia, la indumentaria y accesorios como este Abanico de la colección del Museo Colonial, se usaron para expresar y demostrar los gustos de la época. 

El uso del abanico se remonta al Mundo Antiguo, donde cumplía funciones prácticas: se usaba para aventar el grano durante las labores agrícolas, avivar las llamas del fuego, repeler insectos y ofrecer una sensación de frescura en climas cálidos. Desde sus primeras apariciones en civilizaciones como la egipcia, la china y la grecorromana, el abanico también comenzó a adquirir un valor simbólico asociado al poder y al estatus. 

Durante la Edad Moderna su presencia estuvo estrechamente vinculada a Asia, pues, desde al menos la segunda mitad del siglo XVI, se importaban abanicos en el Galeón de Manila. Activa entre 1565 y 1815, en esta ruta comercial las naves españolas transportaban mercancías una o dos veces al año entre Manila —en lo que hoy conocemos como Filipinas— y el puerto de Acapulco —en el actual México—. Esta asociación con Asia y los productos que allí se comerciaban, contribuyó a la creciente popularidad de los abanicos tanto en Europa como en América, consolidándolos como objetos de lujo, que a su vez eran elaborados con materiales costosos, como el marfil o el carey. 

El gusto por los objetos de origen asiático prevaleció durante el siglo XVIII en los territorios americanos. El Abanico del Museo evidencia esa fascinación por Oriente. Producidos en Occidente, objetos como este incorporaban en su diseño imitaciones de motivos orientales, para satisfacer así los gustos imperantes y la creciente demanda de las llamadas chinerías. En el centro de este ejemplar vemos una escena de amor cortés en la que un pequeño ángel propicia con música el acercamiento de una pareja. Dos figuras ataviadas con prendas de estilo chinesco y algunos motivos vegetales que recuerdan al cerezo en flor enmarcan la escena. 

Las mujeres, principales usuarias del aban