Espejo de estrado
Dibujo y plantillado: Jonnathan Paul Cuaicuán
Talla en madera: Maestro Felipe Carlosama
Dorado en laminilla: Maestra María Ximena Rodríguez
Barniz de Pasto: Maestro Mario Narváez
Diseño: Todos los integrantes
Madera tallada, lacada y decorada con laminilla de oro y barniz de Pasto
49 x 25 cm
2022
En abril de 2022 inició Barnizorio, un taller de creación colectiva en el que tuvieron lugar varios encuentros entre artesanas y artesanos de Pasto y algunos profesores y estudiantes de Diseño del Politécnico Grancolombiano y la Universidad de Nariño. El objetivo de este evento era fortalecer lazos entre la comunidad de artífices dedicados al barniz de Pasto y personas pertenecientes a otras disciplinas como el diseño industrial. Resultado de este encuentro se produjeron numerosas piezas basadas en la experimentación con las técnicas tradicionales del barniz de Pasto y materiales, diseños y objetos innovadores. Como parte de este proyecto se construyó y decoró este Espejo de estrado, que tomó como referencia el Escritorio de estrado del Museo Colonial. El espejo ingresó recientemente a nuestra colección.
Escritorio de estrado
Pieza neogranadina anónima
Madera con barniz de Pasto y apliques de plata
Siglo XVIII
Tanto el nombre de la pieza colonial como el de la contemporánea hacen referencia al estrado doméstico, una sección de la alcoba femenina que durante el periodo colonial era utilizada por las mujeres para recibir a sus visitas. Se sabe que en algunos de estos estrados había espejos, considerados entonces como objetos de lujo, pues los materiales con los que se realizaban eran costosos. Además, por su gran fragilidad, había un constante riesgo de que en su transporte desde Europa hasta América sufrieran algún daño. Por ello, los objetos en vidrio, como los espejos, fueron escasos en esta época.
El diseño de este Espejo de estrado estuvo a cargo de diferentes personas, lo cual acrecienta aún más su complejidad: Jonnathan Paul Cuaicuán hizo el dibujo y plantillado; la talla en madera estuvo a cargo del maestro Felipe Carlosama; el dorado en laminilla de oro, de la maestra María Ximena Rodríguez y la decoración en barniz de Pasto, del maestro Mario Narváez.
En cuanto a las técnicas utilizadas, resalta el uso del dorado en la pieza, técnica muy presente en las decoraciones religiosas durante el periodo colonial, especialmente en los altares, pues simbolizaba la presencia divina. Por otro lado, las dalias en barniz de Pasto ubicadas hacia las esquinas del marco en madera demuestran la importancia histórica de este saber, cuyo origen se dio en la época precolombina y cuya materia prima principal son los cogollos del árbol mopa-mopa, que solo crece en el Putumayo. Pese a la llegada de los europeos, este saber ha logrado mantenerse vigente a lo largo de los siglos. Por su misma complejidad, unicidad y por el peligro que corre de desaparecer, pues en la actualidad apenas son un poco más de treinta los talleres que la practican, en 2020 esta técnica fue reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.