Inicio de sesión

​​​​


Rugido 
Franklin Piaguaje  
Acrílico sobre lienzo 
50 x 70 cm 
2022 

 

El Museo Colonial concibe el arte contemporáneo como un medio para propiciar reflexiones sobre la diversidad de miradas y de modos de representar y vivir en el mundo. Reconocemos que las piezas de nuestros acervos, compuestas entre los siglos XVI y principios del XIX, pertenecieron a colecciones privadas de personas pudientes cuyo interés se centraba en obras que escasamente representaban a indígenas o afros. Con el ingreso de obras como Rugido, adquirida recientemente, el Museo busca acrecentar la diversidad de voces y visiones sobre la Colonia y conocer diversas maneras de comprender el mundo, cuestionando a su vez aquellas posturas hegemónicas desde las que se ha concebido y representado nuestra sociedad. 

En Rugido, Piaguaje da una visión de la naturaleza de la selva amazónica, territorio del que es oriundo. En su obra, reflexiona sobre los profundos vínculos que se tejen entre las comunidades de esta zona y el contexto que habitan. 

El jaguar, uno de los animales más temidos de la Amazonía, es esencial en la cosmovisión y ritualidad de las comunidades de este territorio. Este felino, principal depredador de las selvas amazónicas, no solo mantiene el equilibrio del ecosistema, también es un animal sagrado para las comunidades indígenas, quienes lo consideran protector del territorio y símbolo de poder. 

El jaguar establece, en la cosmovisión amazónica, una conexión con el chamán, por lo que suele ocupar un lugar fundamental en ceremonias y rituales. En ellos, el líder espiritual, quien también se representa en esta pintura, se transforma en jaguar para acceder a los poderes que la naturaleza le brinda, desatando energías que pueden usarse para beneficiar o perjudicar. El rugido felino es una metáfora del trueno e indica la aproximación de las lluvias; con ellas, hay una creciente de ríos y lagunas, germinan diversas plantas y se atraen nuevas especies animales, garantizando el equilibrio del ecosistema. El jaguar es por todo esto, símbolo de fertilidad y del bienestar del entorno natural. 

Semejante a lo que sucede en la cosmogonía amazónica, en la tradición cristiana se asociaba a los animales con diversas virtudes; con ello se buscaba indicar qué modelos de comportamiento debía seguir el cristiano. Bestiarios y tratados de emblemática que circularon en Europa desde la Edad Media compendian y describen esta fauna. 

Fue habitual también en la mirada católica, acompañar con animales representaciones iconográficas de diversos santos. San Marcos o san Jerónimo, por ejemplo, suelen verse acompañados de un león, símbolo de poder, de fuerza y de la victoria sobre el pecado y la muerte. 

Representaciones como Rugido retratan la cercanía y respeto con que las comunidades indígenas de la Amazonía se relacionan con la naturaleza. Ubicado en un paradigma opuesto, desde la Colonia hasta hoy, Occidente ha tendido a ver su entorno natural como un territorio que puede controlar y un medio para abastecer una economía capitalista sin atender a sus nefastas consecuencias. Ante la crisis climática que hoy nos afecta, es necesario replantear la relación que a través de los siglos hemos tejido con la naturaleza, garantizando el bienestar de todos los seres que habitan el planeta. ​


Equipo Curaduría